Mi Primer Encuentro con Resonance Repatterning: Un Llamado que Tardó 14 Años en Volver

La primera vez que tuve contacto con Resonance Repatterning, una terapia energética enfocada en la sanación cuántica, fue en una exposición esotérica en el WTC de la Ciudad de México. Probablemente tenía unos 23 años.

Una amiga y yo asistimos porque su tía, que había estudiado astrología, se iba a presentar. Recorrimos los stands de la sala principal hasta que uno llamó mi atención. Hablaban sobre cambios cuánticos y ofrecían un curso titulado «Un Sistema para el Cambio Cuántico», enfocado en la transformación personal a través de la identificación y reprogramación de patrones limitantes mediante técnicas de kinesiología y energía cuántica. No sé exactamente qué me atrapó en ese momento, solo sabía que necesitaba ir al curso.

A lo largo de los años, he escuchado muchas historias de personas a las que admiro, y he notado algo en común: casi nadie puede explicar con certeza el momento en que su vida cambió de rumbo. Algunos lo llaman intuición, otros se refieren a ello como un llamado.

Ese fue mi llamado.

No recuerdo cuánto costaba el curso, pero anoté los datos de la mujer que lo impartía.

Días después, le comenté a mi mamá que quería asistir y se ofreció a llevarme. Éramos pocas personas en la sala. Nos hablaron de Chloe Faith Wordsworth, la creadora de la técnica, y nos dieron ejemplos de cómo, a través de la kinesiología y una serie de ejercicios, se podían cambiar patrones, creencias, incluso enfermedades.

El curso fue completamente teórico, y he de admitir que no entendí del todo a qué se referían. Salí de ahí con un libro en la mano, pero nunca más volvi a saber de la técnica.

Hasta que llegó 2024.

Un Encuentro que Tardó 14 Años en Volver

Catorce años después de ese primer contacto con Resonance Repatterning, un día, navegando en Instagram, vi que una maestra a la que había conocido en un curso de ThetaHealing estaba ofreciendo sesiones y la certificación en Resonance.

No dudé ni un momento.

Reconocí la técnica y, sin siquiera tomar una sesión, le escribí para inscribirme en la certificación. En menos de 15 minutos, ya había pagado el primer módulo.

Fue entonces cuando recordé aquel libro que había comprado en la expo. ¿Seguiría conmigo después de tantas mudanzas? Busqué en mis cosas y ahí estaba. Catorce años, tres mudanzas y ese libro nunca me dejó.

No podía ser una coincidencia.

Incluso ahora, al pensarlo, se me pone la piel de gallina.

Reflexión Final: Cómo Reconocer un Llamado Espiritual

Mirando hacia atrás, me doy cuenta de que los llamados del alma nunca desaparecen. A veces, pueden tardar años en volver a aparecer, pero cuando lo hacen, llegan con claridad y fuerza.

Si alguna vez has sentido esa sensación de atracción inexplicable hacia algo, ese «no sé por qué, pero necesito hacer esto», presta atención. Puede ser que, al igual que me pasó a mí, ese llamado esté esperando el momento perfecto para volver a ti.

¿Has tenido alguna experiencia así en tu vida? Comparte tu historia en los comentarios y suscríbete para más reflexiones sobre el autoconocimiento y la transformación personal. Me encantaría leerte en los comentarios.